Canciller dijo en Lisboa que se deben fortalecer el multilateralismo y la vigencia plena del Derecho Internacional
El canciller nacional, embajador Julio César Arriola, intervino en la fecha en el XII Encuentro “Triángulo Estratégico: América Latina, Europa, África”, en Lisboa, Portugal, donde señaló que el encuentro sirve para reflexionar conjuntamente sobre las realidades y las proyecciones de América Latina, Europa y África, con una mirada estratégica.
En primer lugar, indicó que ante los grandes desafíos globales se deben fortalecer el multilateralismo, la vigencia plena del Derecho Internacional y las libertades fundamentales, porque no solo en Europa, sino en muchas regiones del mundo, los conflictos aumentan, así como la polarización y el enfrentamiento.
Al hablar de paz y seguridad, expresó una vez más la preocupación por el conflicto en Ucrania. En tal sentido, dijo que Europa y el mundo necesitan paz para enfrentar los grandes desafíos y las nuevas amenazas que socavan la estabilidad y la gobernanza global.
Afirmó que el Paraguay es un país amante de la paz, que brega por la coexistencia pacífica entre las naciones, por lo que siempre suma su voz para que las negociaciones y la diplomacia se impongan como las únicas herramientas aceptables para resolver las diferencias, tal como establece la Carta de las Naciones Unidas, sobre todo cuando la comunidad internacional apenas empieza a recuperarse de la crisis sanitaria, económica y social causada por la pandemia.
Enfatizó que este es un momento en el que el trabajo colectivo se vuelve crucial; donde reforzar la arquitectura internacional, que con tanto sacrificio se ha construido desde la Segunda Guerra Mundial, deviene un imperativo ético para “preservar a las generaciones del flagelo de la guerra”.
En segundo lugar, consideró que la integración regional debe volver a ocupar un lugar central en la agenda de los países, porque se necesita activar procesos multidimensionales de coordinación, de cooperación y de convergencia política, social y económica.
Afirmó que la integración debe ser una herramienta de cambio estructural para avanzar hacia el crecimiento económico y el desarrollo sostenible.
Indicó que el Paraguay forma parte de los esfuerzos integracionistas, convencido de que la cooperación y el diálogo auguran siempre mejores resultados, especialmente, para hacer frente a los desafíos comunes que se enfrentan.
Dijo que en ese camino se tienen grandes expectativas acerca de la pronta adopción del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, para integrar los mercados y abrir una nueva era en las relaciones entre ambos bloques.
“No somos ajenos a los enormes desafíos que este acuerdo nos depara, particularmente en materia de medioambiente, pero creemos que trabajando juntos, con espíritu constructivo y de manera responsable, podemos alcanzar entendimientos que contribuyan a promover el desarrollo sostenible en beneficio de nuestros pueblos”, puntualizó.
Por último, destacó que nuestras regiones tienen mucho que aportar a la humanidad para construir un futuro común, como en el caso del cambio climático, que representa una amenaza vital para toda la humanidad, donde las tres regiones tienen roles estratégicos.
“América Latina y África, en cuyos territorios reside gran parte de la diversidad biológica mundial; mientras que Europa cuenta con las tecnologías y los recursos que los países en desarrollo necesitamos para implementar las medidas de adaptación y mitigación, conforme al principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas”, indicó.
También el ámbito de las energías renovables se tiene un enorme potencial, que deberíamos aprovechar conjuntamente entre América Latina, Europa y África, prosiguió, atendiendo que la coyuntura mundial muestra que es urgente superar la dependencia de los recursos no renovables.
Dijo que para ello es necesario trabajar en la convergencia política y en la complementariedad económica, con una visión de prosperidad compartida, en la que ninguno de nuestros países quede fuera de las promesas de la globalización.
Señaló que en momentos en que la confianza entre los países parece erosionarse peligrosamente, las tres regiones deben ofrecer esperanza al mundo. “Tenemos la responsabilidad de liderar los cambios que nos lleven a lograr una convivencia pacífica y más sostenible entre las naciones, en la que la democracia, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales, así como el cuidado del medio ambiente sean las piedras angulares. Y, por supuesto, para ello la voluntad política es clave”, enfatizó.